La palabra psique para los griegos era lo mismo que definir “alma humana”, ya que para ellos esta era la fuerza vital de la persona. Hoy en día se utiliza como sinónimo, pero también como metáfora al decir que la psique es el alma.
La psique es un sistema complejo que se regula a sí mismo y que abarca la parte consciente e inconsciente.
La psique utiliza la libido como energía psíquica para hacer todos sus procesos. Para Freud es lo que corresponde a la energía sexual, pero para Jung corresponde a la energía vital, que además de ser usada como energía sexual también es usada para el resto de funciones que desempeña la psique y la vida humana.
La energía vital es el impulso de llevar a cabo todos nuestros deseos, nuestros pensamientos, nuestra creatividad y hasta nuestra espiritualidad en cuanto a la búsqueda de significado y autorrealización. Esta energía vital es lo que también se conoce en otras tradiciones como Prana.
«Mágico» es simplemente otra palabra para definir el alma.
Carl Jung.
La psique tiene una función compensatoria en cuanto lo consciente e inconsciente. Puedes leer la entrada donde escribo sobre el tema El Inconsciente y la Consciencia., allí explico cómo es la dinámica de autorregulación, ya que la consciencia y el inconsciente trabajan juntos, uno es el opuesto complementario del otro.
Mientras solo somos conscientes del 4 a 8 por ciento de lo que vemos en la consciencia, el resto se convierte en material inconsciente que siempre está operando.
La psique funciona utilizando la energía vital o libido de manera general haciendo dos movimientos: el de progresión y el de regresión. Es decir, esta energía vital o libido puede cambiar de dirección según nuestras necesidades psíquicas, pero no según las necesidades de la persona o del ego.
Progresión de la Psique.
Cuando la psique esta haciendo su movimiento de progresión es cuando impulsa al ser humano a su desarrollo en el mundo físico o material.
Cuando hablo de que la psique o la vida empuja a la persona al mundo físico no me refiero necesariamente a que tenga que salir de su casa y estar bajo el sol o adentrarse a una selva, si no más bien, que la persona es empujada a desarrollar esas partes de su personalidad, pero necesita del mundo material para ello, como hacer dinero, crear vínculos, establecer algún proyecto creativo, buscar alimentos etc.
La energía psíquica fluye hacia adelante e impulsa a la persona a enfocarse en sus metas, adaptarse a su medio, tratar con ciertas circunstancias que desarrollan su carácter, lo motiva a explorar nuevas experiencias, a relacionarse con el entorno de manera activa y creativa. Todo hacia fuera.
Cuando la psique esta en progresión nos sentimos con más energía física y somos más creativos.
Regresión de la Psique.
La regresión, por su parte, es el movimiento de la energía psíquica hacia el interior, hacia lugares más profundos del inconsciente. No se trata de un movimiento negativo, en la mayoría de los casos, este viene a ser el resultado del trabajo psíquico para reestablecer el equilibrio.
La regresión ocurre cuando necesitamos elaborar procesos internos, resolver traumas, complejos o historias pasadas no resueltas (recordemos que todo eso es energía). En este punto la psique vuelve a etapas anteriores donde utiliza la energía para resolver los temas internos.
La regresión también actúa, quizá no de manera tan profunda, al momento de dormir. Cuando estamos muy agotados en el mundo físico, hacemos esta regresión para reestablecer la energía vital.
También hacemos regresión de manera consciente cuando queremos poner en marcha nuestros procesos creativos en su etapa de incubación o cuando queremos hacer introspección y traer contenido inconsciente a la consciencia.
La mayoría de las veces la psique es la que decide qué movimiento hacer. Por ejemplo: cuando una persona tiene depresión es porque la psique esta haciendo regresión, dicho de otra forma, la psique esta elaborando procesos internos, quita la energía del ego o del yo, y la persona pierde la atención y sentido del afuera. (La elaboración de estos procesos internos que causan depresión no necesariamente tiene que ser conscientes).
En la psique nada se pierde y los temas no resueltos del pasado se van acumulando, así que lo mejor es estar al día con nuestros ciclos naturales y orgánicos de regresión y progresión.
Estructura de la Psique.
Para Carl Jung la psique estaba compuesta por diferentes aspectos, como el ego, las máscara, la sombra entre otras partes que en conjunto formaban un sistema autorregulador entre sus cualidades opuestas.

La Máscara o la persona.
La máscara es el personaje que usamos dentro de la sociedad o los diferentes roles con los que nos adaptamos a los diferentes entornos. Podemos hablar del niño, del profesor, de la madre, del padre, del estudiante, del doctor, el abogado, del artista, del embaucador, del rey, etc.
Esta máscara cambia muchas veces a lo largo de la vida ya que es nuestro mecanismo de adaptación y se va ajustando a nuestras necesidades y a nuestro momento de vida.
A través de la máscara solo mostramos nuestras partes adecuadas y agradables o esas partes que nosotros consideramos las más apropiadas. Todo lo que no mostramos del personaje o de nosotros pasa a la sombra.
Cuando estamos solos, en soledad, no necesitamos de nuestras máscaras o de nuestros personajes. Eso nos debe llevar a pensar que no somos nuestras máscaras y que solo nos sirven para nuestra interacción en el mundo. Pero todos en algún momento nos sobre-identificamos con nuestras máscaras, es decir, creemos que somos ese personaje.
Cuando estamos muy identificados o atrapados en el personaje vivimos condicionados tanto de las necesidades del personaje, como de las necesidades sociales, en otras palabras, terminamos siendo “lo que se espera de nosotros”
Si quieres saber que tan identificado estas con tu papel o personaje, observa el lenguaje del personaje en general y luego observa en cuántas áreas de tu vida utilizas ese mismo lenguaje, observa que tan difícil se te hace quitarte ese disfraz.
El Yo y el Ego.
El yo y el ego son usados indistintamente en la teoría junguiana, pero también podemos decir que el ego es una pequeña parte del YO.
Este Yo representan el centro de la consciencia. Es el yo que habla y es de lo que yo me doy cuenta cuando yo me contemplo a mi mismo y cuando yo contemplo esta realidad.
El ego es el mediador entre el mundo interno y el mundo externo. Cuando estamos identificados con un personaje o máscara es el ego el que se identifica.
El YO en un nivel más profundo, es la esencia auténtica de la persona. Con el tiempo este YO queda debajo de capas y capas de condicionamiento y es por esto que queda sometido a los caprichos del ego.
Cuando hablo de un YO auténtico es ese que descubrimos cuando hacemos trabajo sobre nosotros mismos, cuando somos capaces de aceptarnos en todas nuestras dimensiones y vivimos en congruencia con eso que vamos descubriendo que somos.
Ese YO autentico emerge cuando ya no buscamos validación, ni reconocimiento, cuando ya no cumplimos con las expectativas de otros, cuando no pretendemos encajar llevando roles forzados y cuando ya no actuamos condicionados por nuestros complejos y nuestras heridas. Luego de eso entonces vivimos desde nuestro YO más auténtico. Este Yo también está compuesto por valores, creencias y emociones genuinas.

El ego surge en nuestra infancia como mecanismo de adaptación en el mundo. Funciona como una especie de filtro que decide qué aspectos de nosotros mostramos y cuales no, tomando en cuenta, que mostrar los más agradables siempre será la mejor opción en temas de adaptación.
Cuando se hace ese filtro nuestras partes poco aceptadas pasan a la sombra y el ego cree que en algún punto dichas partes han desaparecido y empieza a creer que sólo es aquello que muestra a los demás. Pero en algún punto, más tarde o más temprano tendrá que confrontar a la sombra con aquellas partes negadas.
De la misma forma, cuando empezamos hacer trabajo interno el ego es el que controla qué contenidos inconscientes son permitidos entrar a la consciencia.
En muchas ocasiones el ego puede mantener el material del inconsciente en suspensión, es decir, que todo aquello que procede del inconsciente y que el ego considere demasiado doloroso, demasiado cargado de emoción, que considere inaceptable o todo aquello que no forma parte del ideal del ego, es excluido de la consciencia.
El ego hará todo lo posible por mantener alejados estos contenidos inconscientes ya que para él resultan mortales, en el sentido que esto representa dejar de ser lo que cree que es para aceptar todo aquello que ha negado, pero que también es. Dicho de otra forma, cuando estamos muy identificados con algún personaje se nos hace casi imposible reconocer nuestra sombra, porque «si yo creo que soy una cosa, no puedo ser otra», según el ego.
La Sombra.
La sombra es todo aquello que negamos o reprimimos de nosotros mismos, ya sea porque las consideramos poco agradables o porque a otros no les gustaban. En la sombra también están nuestros traumas y complejos que se fueron formando desde la infancia.
Si observamos a una persona que frente a los ojos del mundo utiliza una máscara demasiado correcta, sin negatividad, siempre muy amable, y siempre muy dentro de límites, del otro lado, en su sombra, se encuentra toda la ira, aspectos crueles, sus complejos y todos esos aspectos contradictorios de su personalidad que no muestra y que muchas veces ni siquiera es consciente de que los tiene (hasta que hace trabajo de consciencia).
El hecho de que ciertas partes de nosotros estén en la sombra no se anulan de la personalidad. La sombra es proyectiva y todo lo que se niega se proyecta en los otros o los vemos en otros.
Creo sencillamente que alguna parte del Yo o del alma humana no está sujeta a las leyes del espacio y del tiempo.
Carl Jung.
No todo en la sombra es malo o negativo. En la sombra también están aquellos sueños que decidimos dejar para dedicarnos a otras cosas, quizá más acorde a los estándares sociales, o simplemente porque nos creímos la idea de no ser capaces.
En la sombra están todas nuestras potencialidades, todos aquellos aspectos que están en un estado latente esperando a ser desarrollados. La mitad de lo que somos esta del otro lado.
¿Quieres saber más sobre la sombra? Puedes leer la entrada La Sombra, donde explico más detalladamente cómo se forma y cómo funciona dentro de nuestra personalidad.
Ánimus y Ánima:
El ánimus y ánima son dos figuras psíquicas o arquetípicas que tienen que ver con los aspectos femenino y masculino de nuestra personalidad.
Son las imágenes anímicas que compensan nuestra vida exterior desde lo inconsciente. Esta imagen esta siempre representada por el sexo opuesto de cada individuo, es decir, para el hombre esta imagen interna es femenina y corresponde al ánima y para la mujer la imagen interna es masculina y corresponde al ánimus.
Estas imágenes en un inicio pertenecen al inconsciente colectivo, pero en la medida que avanzamos en nuestro proceso de individuación, de ir convirtiéndonos en individuos y hacernos conscientes de estas imágenes, las vamos separando poco a poco de las ideas colectivas hasta darle un rostro individual.
La confrontación de estos aspectos, así como su debida integración es parte esencial al momento de recuperar todas las piezas de nuestra individualidad.
Escribiré mas detalladamente en próximas entradas sobre el ánimus y ánima.
El Sí-mismo.
El sí-mismo es la porción del todo en cada uno de nosotros. Es un arquetipo considerado semejante o parecido a Dios, a la fuente o al gran espíritu.
Es la representación de la totalidad y cuando llegamos a este punto es porque hemos pasado por nuestra sombra, hemos confrontado al ánimus y al ánima y hemos pasado por todas nuestras iniciaciones.

Las personas que han tenido contacto con el sí-mismo lo describen como un estado de gracia, es una sensación de estar completo, es algo gigante, literal como conocer a Dios o conocer la fuente, pero no hay palabras para poder explicar literalmente lo que significa el sí-mismo.
El encuentro con el sí-mismo es arquetípico y muchas personas pueden querer permanecer en ese estado la mayor cantidad de tiempo posible.
En este punto, muchas personas se lanzan a los temas espirituales olvidándose un poco de la materia y la vida concreta. Las personas que pasan demasiado tiempo en este estado se polarizan y empiezan a crear un conflicto interno entre lo espiritual y lo material.
Todo este viaje que Jung llamó el proceso de individuación, es cíclico, por lo que tendremos que salir de este estado para seguir con nuestra vida en el mundo material, pero ahora con la sensación de sentirnos completos y con el deseo de intervenir en el mundo de una manera más auténtica.
Conocer cómo estamos formados psíquicamente nos da un entendimiento mayor de lo que somos. Y somos complejos.
Si queremos cambiar algo en el mundo físico, primero tenemos que hacerlo a nivel psíquico. Cualquier cambio que queramos hacer, primero tiene que hacerse de forma individual en nuestra psique particular.
Cuando seamos más las personas que hemos decidido hacer el cambio, que hemos reprogramado nuestros patrones inconscientes, podremos crear una masa crítica lo suficientemente fuerte, para que rompa el patrón de lo ya establecido e ir creando así un nuevo orden evolutivo.
Si deseas hacer trabajo interno y no sabes por donde empezar, he creado la Guia para transformar patrones inconscientes, donde aprenderás a reconocer los distintos patrones que impiden que liberes todo tu potencial.
